Activismo

Lo mejor de que haya pasado un año es que perdura adentro. Cada cual lo vive a su manera y para mí el 15M es sobre todo una manera de vivir. Yo creo que me ha devuelto muchas miradas que estaba perdiendo, miradas sobre el mundo concretas e incisivas, necesarias para completar un algo esencial. Como si estuviera cocinando un puchero y hubiera olvidado la morcilla, pues digamos que el 15M es la morcilla. Algo aparentemente precario y seco ante la jugosidad sangrante de la carne de ternera y el alboroto de los garbanzos en pleno hervor, pero sin embargo esencial para conseguir un buen caldo de color y olor rotundos, fondo con cuerpo y temperamento, sabor perdurable y aromas de especias. Así que sin morcilla no se hace un puchero, como todas sabemos, y se come tres veces al día, o más. Hoy he leído las últimas noticias de Grecia. Me prometo no volver a abrir el periódico y busco a toda prisa esta foto para perder el miedo y volver a la realidad:

Asamblea 12M Valencia / Foto: Sara Velasco

Mi celebración personal del aniversario del 15M no ha estado muy ligada a la calle como venía sucediendo, sino más en contacto con el apetito, esa lectura cultural del hambre que todavía no ha llegado a ser gastronomía. Abandoné la mani del 12M hacia las siete de la tarde para ir a trabajar, pero dejé personas amigas que siguieron el recorrido completo y tengo sus relatos aquí:

¿Cómo te sentiste?: «Mira que ha habido manis en un año, pero ésta era la más nuestra, la que revivía el ambiente de aquellos días del año pasado en los que la plaza era el soviet de Valencia».

¿Qué destacarías?: «¡¡¡La toma del espacio de la plaza!!! Aunque el poder había hecho una estrategia para que no se ocupara el espacio público símbolo de la protesta, la masa humana como un río de lucha social tomó la Bastilla valenciana».

Después de esta mani habrá más. Comemos tres veces al día.

Como dice José Luis Sampedro, «lo que hay que hacer es vivir».

11 comentarios en “Activismo

  1. A estas alturas, el «espíritu del 15M» tiene que reflexionar sobre cómo mantenerse activo y para qué. El «para qué» es importante porque, por muy chulo que sea que los ciudadanos hayamos despertado un poco y blablablabla, si no hay una estrategia y no objetivo, la protesta per se no tiene ningún sentido.

    «Ah, es que al menos nos queda el derecho al pataleo». Pffff… valiente tontería… Patalear es una herramienta, no un fin en sí mismo. Que yo sepa todavía no está tipificado el «Derecho Internacional del Ser Humano a patalear dignamente».

    • Pero a veces no se trata de la meta, sino del camino. Vamos, que hacia dónde ir puede que no esté claro, pero caminar cada día… esto es lo que a mí me importa. Gracias por tu visión, Pérez, me contrapunteas y me mola mogollón!

  2. Muy bien Marivi, te secundo y te sigo, estoy contigo, vamos. Yo ayer hice huelga de la enseñanza pública valenciana y el momento más cañero y de subidón fue cuando los profes pasábamos por el IES Lluis Vives y los alumnos nos aplaudían desde las ventanas. Joder, me emocioné. Claro, les devolvimos los aplausos, porque ellos, esos estudiantes de ese instituto público en concreto, han devuelto la dignidad a esta tierra, siempre llena de noticias de corrupción y malrollo, a esta profesión, desprestigiada por muchos, y a esta juventud, a la que se le carga el sanbenito de apalancada, nini o pasota y no lo es, ni mucho menos, al menos los que curramos con adolescentes lo sabemos. Por todo esto, y otras cosas, fuerza al activismo, al ciberactivismo y al relativismo. 🙂

  3. Gracias, Mar i Vi, por la crónica tan gastro-poética.
    Y mira Pérez,
    lo que hacemos en la calle los del 15M no es patalear, es hacer visible el cuestionamiento del sistema establecido, en el que algunos viven tan cómodos consumiendo su pequeña y diletante cultura de divertimento. Y, para los afortunados que vivimos aquellos 2 meses prodigiosos, lo que hicimos es una gran porción de revolución personal, revolución cutánea, como decía Isaac, recuperar ideales, gritarlos juntos y sentir que los 5000 que tenías al lado estaban experimentando lo mismo. Un año después, aún cuando me cruzo por la calle con un jovencito punky o un universitario de ingeniería, o un joven anarquista, u otra anciana, … nos saludamos con un abrazo complice de ¡nosotros vivimos aquello! nosotros sentimos lo mismo y estamos en lo mismo, nos veremos en las calles otra vez, seguro… rompimos las barreras gélidas que nos aislan a unos de otros…
    Y no sé si recuerdas que los cambios personales, tienen más poder para generar cambios sociales, más poder que las acciones sociales y políticas mismas.

    ¿God save the queen? Me gusta más, por ejemplo ¡ni dios, ni patria, ni rey!!! Perdona si te doy también miedo…

    • Sara, a veces me olvido que esto está abierto y nos lee gente que no me conoce, lo de God saves the Queen era una coña con Llargo, que es amigo 😉

      Sobre el resto… vaya por delante que me parece tan lícito acomodarse al consumismo como rebelarse, aunque ese es otro debate que podemos tener cuando quieras, con una birrita, espero.

      Una vez ya se ha reflexionado y se ha visibilizado esa reflexión, hay que actuar para conseguir cambios. Y, sinceramente, a mí me parece que los cambios han sido a peor, a mucho peor.

      Es estupendo que el 15M haya servido para todo lo que dices, es muy bonito. Yo sólo digo que si, como movimiento, quiere seguir avanzando en alguna dirección y conseguir cambios, sus integrantes tienen que ponerse las pilas, tomar decisiones sobre todo eso que han reflexionado, definir una estrategia y actuar. Claro que quizás eso significaría convertirse en un partido político o algo así… huy, mal… la política está muy desvirtuada y perdería credibilidad… no, no, hay que seguir siendo asamblearios, independientes, no queremos convertirnos en lo que estamos criticando: en burócratas, en un movimiento vertical. Ah, ya, pues entonces la labor de sensibilización es persona a persona y eso tiene mucho peligro, claro…

      Es la pescadilla que se muerde la cola: para poder hacer cambios hay que entrar en el sistema, y el sistema tiene riesgos: corrompe, ralentiza, pervierte, desvirtúa…

      Ya me gustaría tener la solución, ya, pero no la tengo, Sara. Gracias por tu comentario.

  4. Estoy de acuerdo con todas (todos?). Mariví cocina los ingredientes y los sirve en bandeja; Sara sabe que en el mañana serán recuerdo pero de momento los convierte en epopeya; Pérez da con el clavo y la guindilla y se pregunta por un movimiento que quiere ir pero adónde; yo os quiero a todos (todas?) y me relamo con las fechas catárquicas que están por venir. Salud (huy, perdón).

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